domingo, 27 de diciembre de 2009

LA RUTA DEL POLVORÓN


Varias semanas después, tras el parón aceitunero (a causa del temporal), y como caída del cielo, después de una semana sin hacer ná, se nos presenta la apoteósica y apasionante RUTA DEL POLVORÓN... de las gambas, del champán, del Rioja, del lechón, de la liebre escabechá, de la sidra y del turrón, también rima MÖET-CHANDÓN, pero por eso de que estamos en crisis lo vamos a dejar pa otra ocasión. Pues eso, Sábado 26 de Diciembre, las 10 de la noche, y el móvil que interrumpe las risas, los tragos de vino, y las tajás de liebre que se estaba metiendo un servidor al calor de la lumbre y de la buena compañía. Una voz ronca y con aplomo, de tío serio, formal,... al otro lado del hilo telefónico: "Buenas noches Manu, ¿Qué pasa hombre...? ¿Qué planes tienes mañana....? Y ya os podéis imaginar... El amigo Sergio con ganas de marcha cicloturista. En eso que le digo: No sé, tengo que llamar al viejo a ver que pasa con la aceituna,... y me dice... ¿Qué aceituna...? ¡Con la que ha caído...! A las diez en tu puerta!!! Y dicho y hecho, a las diez y cuarto por eso de que un servidor tarda más en prepararse que una novia, y que no me gusta esperar, ¡que coño!, está más bonico que a uno lo esperen. Pues al final, después de varias negociaciones infructuosas, a nivel provincial y nacional, nos vemos "los dos mochuelos solicos"; pero miedo ninguno,... ¡Vaaaamos,...! Salimos en busca del terreno de Sergio, con dudas sobre si meternos o no por carriles, pero al final, lo que pasa,... el primer carril que sale, ese que cogemos,... y ese al que los alcalaínos llamáis "Cañá Membrillo". Tiramos para arriba, no sin dificultades, pues la tormenta se había llevado toda la zaorra, como dice la gente del campo, y estaba bastante arrollado, lo que hace que en más de 3 o 4 ocasiones tengamos que poner pié a tierra, y cuando estábamos ya para culminar la última rampa, saludamos a un agricultor y nos recomienda que demos la vuelta, pues un poco más adelante la tormenta ha cortado el carril completamente con fango, lodo, piedras,... y con todo aquello cuanto encontró a su camino. Nos miramos desconfiados, pues normalmente nuestro grado de locura suele hacer que caigan en saco roto los consejos de los aldeanos y campesinos que encontramos por esos mundos; pero en esta ocasión un destello de sensatez nos ilumina y damos media vuelta. Sabia decisión!!! Tomamos un tramo de carretera en busca de Las Peñas de Majalcorón y no hay más que contemplar a un lado y a otro que este buen hombre no hablaba por hablar. Al llegar al cruce que divide la carretera de Las Peñas y La Hortichuela, paramos a quitarnos unos pocos "trapos", pues las cuestecillas ya van cardeando la maquinaria. En eso que aparece por allí a muy buen ritmo el amigo Eduardo. Hombre Eduardo, ¿Qué tál? Lo típico,... El efecto de persuasión de Sergio, hace cambiar a éste de planes y se une con nosotros. Llegamos a las Peñas, y lo primero que nos acecha es un gallico. "Que güén cardico tiene que hacer este pal día de añonuevo", pienso yo, pero no es plan de torcerle el gaznate y echarlo en la mochila así es que nos hacemos una fotico en un cortijo y tiramos para abajo en busca de un descenso vertiginoso de un 12% de pendiente inversa, que hace que sin tocar pedal alcancemos casi los 70 por hora, y eso que el barrillo y las chinas hacían que no perdiéramos de vista el freno. Llegamos hasta la cruz divisoria que establece el límite entre la tierra del ronquío, la de la malafollá, y la de las mujeres bonitas. Proseguimos hacia la derecha pasando por la Venta Valero, y un poco más adelante vemos como el agua mana del propio asfalto, haciendo de la carretera un riachuelo en el que nos lavamos los pies y la cara y le tintamos de un tono marroncillo los cristales a las gafas. Nos dirigimos hacia Las Pilas de Fuente Soto, quedando sorprendidos por la belleza del paisaje con Alcaudete de fondo y asombrados de los destrozos causados por la tormenta, especialmente a su paso por el barranco de la Reja, no hay más que ver las imágenes,... Por cierto, destacar la vistosidad de la bajada serpenteante desde las Pilas, donde nuevamente nos hacemos eco de la fuerza de la madre naturaleza abriéndose paso por entre los barrancos hasta el punto de cuadruplicar sus cauces. Después un pequeño impás hasta dar con el camino adecuado, un ligero avituallamiento, un saludo a un amiguete de Sergio con el que nos cruzamos, que ha optado también por desafiar el terreno con su quad, y la rampita del día, suave, no mas de un 7-8%, pero continua durante varios kilómetros, y que pone en evidencia el fondo de armario, no muy vistoso en estas fechas, aunque pese a todo salimos de ella airosos y con buenas sensaciones, mucho mejores de lo previsto tras el tiempo de inactividad. Tras pasar la "meta volante" en Las Caserías, cruzamos el puente y seguimos por el carril paralelo, donde apreciamos la diferencia de agarre de las bicicletas en los distintos tipos de terreno, así como el peso de unas y otras, al tener que saltar un cendajo. Por cierto, que algunos valientes se han colgado las "vibrolis" hoy también... Accedemos a Alcalá por la carretera vieja, y lucimos el barro por mitad del paseo cual soldado que viene de La Legión con permiso vacacional. Algo menos de 40 km, pero teniendo en cuenta las fechas en que estamos no está nada mal, y algo importante... las 1 del mediodía,... ¡Horita y media de birras en "la sede"!, (el Torrepalma) con croquetas de jamón caseras como está mandao. Condiós!!

Imagen de la jornada

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Ruta realizada, pulsa aqui para detalles (Kms, perfil, altitud, desnivel)

1 comentario:

  1. Manu! te has superao de nuevo, mira que he hecho la ruta contigo pero leyéndola me he partio de risa. ¡ Vaya crack!

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