lunes, 11 de octubre de 2010

Retales del Dessafio

Lejos de hacer una crónica al estilo convencional, me he propuesto en esta ocasión plasmar los pequeños detalles que me vienen a la retina sobre lo acontecido en el Dessafio 2010. Así pues pasaré a describir algunas de las sensaciones, anécdotas, vivencias experimentadas por mí durante la misma, y animo al personal a que comente igualmente algunos detalles vividos por ellos durante esta nuestra gran prueba, pues hacer una crónica del Dessafio sería algo demasiado personal y difícilmente compartido por los demás.



En la víspera de la prueba me quedo con el ambiente durante la entrega de dorsales, la música, la gente,... con los autóctonos curiosos (convecinos míos) en busca de una gorra o cualquier otro regalillo y un servidor mandándoles a otro lado donde supuestamente estaban dando bollo de higo (y yo pa que quiero el bollo, decía uno) y al stand de Nutrición Center diciéndoles que fueran allí que estaban regalando pastillas de Viagra (es cierto, daban unas pastillitas azules pero para las articulaciones ) no nos reimos ná,... los jueces de la carrera se meaban de la risa y al final les dieron sus gorras. También me quedo con el salmorejo y la cabezada en su jugo en la cena con los miembros de la organización.



Ya por la mañana la primera impresión nada más entrar en Valdepeñas fue el ambientazo en la zona de salida, no cabía un alma,... desviando al personal,..., el mollete calentico en el restaurante de la gasolinera, la emoción y los nervios reflejados en la cara de David (Puertollano) ansioso por escuchar el pistoletazo de salida, la ilusión contenida de Gonzalo, es de admirar el porte de este chaval, además de bueno encima de la bici es sencillo, sensato y muestra un saber estar y una madurez impropia de su edad,...tanto nos recreamos en el desayuno que por tantas si llegamos a la salida. Una vez allí aluciné con la inmensidad de ciclistas en los cajones de salida, casi setecientos bikers apiñados en apenas 20-30 metros, y el ostiazo que se pegó uno de los primeros nada más arrancar la prueba. A la salida del pueblo me esperaban mis padres aplaudiéndome y disfrutando del paso del gran número de ciclistas que se habían dado cita.



En la subida a Navalayegua me quedo con la imagen de un participante, ya veterano, con barba cana, y con la reflex digital colgada al cuello que me adelanta y poco más arriba le veo tomando instantáneas del pelotón,... impresionantes las vistas de la carrera desde el último sector, unos coronando el puerto y otros empezando las primeras rampas sin un corte de por medio, cada metro del trayecto estaba ocupado por ciclistas, eso si que era una serpiente multicolor, de 7 km ni más ni menos. Por cierto, también andaba por allí Adora, camara en mano, retratando a los más conocidos, y a la que invito desde aquí a colgar esas imágenes. Observo desde el lado derecho como mis compañeros más en forma se van posicionando, David, Gonzalo, Pelusilla, Coleta, Chelo, Gustavo,... yo por mi parte ya salí bien posicionado de inicio así que desde el primer momento me propongo a mi mismo dosificarme al máximo y no gastar ni un ápice de energía que me impida más adelante culminar la prueba.






No obstante en la bajada todo cambia, ahí doy rienda suelta a mi locura y a recuperar posiciones,... en esta ocasión esa es la estrategia. Ahí no ha lugar contemplación alguna así que solo recuerdo adelantamientos por doquier y mi propia caida en una de las curvas a izquierdas (donde estaban puestos los motoristas) debido al derrape de la rueda delantera con las piedrecillas sueltas, ahhh.... eso sí, las vistas del Pantano del Quiebrajano y la sensación de frío al cruzar la zona del río antes de llegar al Cortijo Prados.



Una vez en el avituallamiento, me llama la atención la cantidad de fruta, y la presencia de frutos secos, ciruelas pasas y orejones de melocotón, que por cierto menuda panzá de estos que me pegué a lo largo de la prueba,... así tenía luego esos gases subiendo la cuesta de Chircales, jejejeje. Allí se produce el reencuentro con algunos Notingan (David, Germán, Koko, Tejero y Juanje).

Iniciamos la marcha en busca del Cerro Pitillos y de la Sierra del Trigo. Me quedo con los comentarios de la gente al paso por esta zona, "Esto es precioso,... y yo que pensaba que solo iba a ver olivos",... y otros muchos por el estilo. En un punto de este tramo me encuentro con mi paisano Aniceto retorciéndose de dolor en una cuneta y con un fuerte golpe en el brazo ligeramente ensangrentado,... le atienden en la ambulancia y pronto reemprende su ritmo y nos da alcance.



Antes coincidí durante un tramo con un grupo de Almodóvar del Campo (Ciudad Real) y con unos pocos Notingan (Juanje, Germán, Tejero y Koko), ambos grupos hubiesen sido buenos compañeros de viaje, pero en esta ocasión no quería la rueda de nadie, sino mantener mi ritmo hasta el final, sin desarrollos y con cadencia de pedaleo, justo lo contrario a lo que suelo hacer habitualmente.



Coronamos la Sierra del Trigo, estos tiran delante,... allí se comienza a ver al personal estirando,... el amigo Tejero ya tiene amenazas de calambres. Un compañero de Ocionatura me dice que se hartaron de reir con la crónica de la jornada que compartimos en la Sierra de Frailes, y me presta sus llaves de Allen para atornillar el portabotes que iba prácticamente suelto, varios de estos se han dado cita aunque en estado sospechoso pues están de fiestas, jejejeje. Más ciruelas, orejones, platanicos,... pero, ¿dónde están los geles de glucosa? Menos mal que esta vez había sido previsor y había comprado un par de ellos.



Los dos primeros puertos salvados y sin aparente desgaste, todo invita a continuar, así es que le damos de lado al Puerto Pinatero y afrontamos la zona de los cortijos. Allí Jesús, otro paisano, que había subido con su padre a ver el paso de la carrera, sale tras mía cual seguidor que anima a los escaladores al final de los grandes puertos, y me dice "Venga que los primeros han pasado hace hora y media", yo le respondo: "Entonces ya mismo los cogemos".



Del tramo de los cortijos recuerdo los continuos amagos de calambres, y por lo que he hablado con la gente, en esa zona comenzamos a sufrir los primeros pinchazos musculares más de uno. En mi caso intento mantener la máxima concentración y pese a las molestias no me bajo de la bici en ningún momento. Así hasta Frailes, y las bajadas a tope y soltando músculos a la vez. Por cierto, un paisano Pope abandona en esa zona por problemas mecánicos.






En el avituallamiento de Frailes, nada más poner pie a tierra se me sube el cuadriceps derecho y al intentar estirarlo me pega el "crujío" el biceps femoral de la misma pierna y me tengo que tirar al suelo chillando como una rata. Lo malo, la no presencia de fisios en ese punto y lo bueno la existencia de algunos botes de reflex que alivian momentaneamente el dolor. Por cierto, agradezco a Jaime que me ayudase a estirar, pues sino aún estaba allí tirado de dolor. Aunque lo más destacable de Frailes fue una chavala con un cuerpazo escultural y una faldita corta que quitaba el hipo,... ehh Tejero, jejejeje. A la salida del avituallamiento un tío indicándonos "Por allí, por allí,..." y nosotros "¿Quéee,... por allí?", queríamos tirar detrás de la tía, claro está,... Uffff.... por un momento se nos pasaron to los males. A destacar también los ánimos de la gente al paso por esta localidad. Pronto Juanje y Tejero paran a quitarse sus camisetas técnicas y yo continuo ante el temor de quedarme nuevamente pillao con los calambres, ya no nos veríamos más.



A la entrada a los Llanos, nuevo leñazo, entro pasado de desarrollo y me quedo clavao en las calas, me da un calambre y al suelo sin poderme levantar hasta que se me baja el músculo. En ese tramo coincido con otros de la zona (Juan Leonardo y Txema). Preciosa la vereda hasta el campo de tiro y preciosas las vistas de La Mota y el casco antiguo desde La Verónica, y acojonantes los cartelitos: "¡Peligro precipicio!" No veas,... como para titubear en esa zona.







Del tramo Charilla-Nacimiento del Río, destacar la zona de bajada que me permite recuperar posiciones y los continuos pasos por el río que refrescan momentaneamente las piernas.



Ya una vez en el Castillo me reencuentro con Koko, Germán y Gustavo, quién estaba siendo atendido en la ambulancia también por calambres,... aunque a este le dí una receta casera para los mismos que le sentó de maravilla: "Déjate de reflex ni po...adas y métete en el pilón", este me responde con su acento gallego "¿Qué dicesss, eso es peorrr, se enfriarán los músculosss,...?, insisto, "Qué te quites las zapatillas y padentro". Dicho y hecho, allí nos vemos los dos metíos dentro del chilanco y soltando piernas durante un buen rato. Algún otro que nos ve hace lo propio. El tío se subió la Camorra del tirón y ya no le vi hasta Valdepeñas. Yo no quise reventarme y me bajé en el último tramo donde empieza el hormigón.



Llegados a ese punto sabía sí o sí que tenía que terminar la prueba aunque fuera arrastrándome, así que continué todo ese tramo a un ritmo cansino esperando ansiosamente la bajada. En esta adelanté a otros pocos sufridores y subiendo por La "fábrica de la luz" vi al de la banderita en el casco bajado de la bici,... "Los calambres,.... no puedo de mi alma,..." decía. A medida que me acercaba a Chircales se acentuaba la agonía, estaba deseando llegar a la ermita para zambullirme en la poza, pero un paisano, Alberto, estaba unos metros antes con una manguera de agua fresquita. Allí vi de lejos dos maillot notingueros reemprender la marcha (eran Koko y Germán), pero no podía pasar por alto la tentación del agua fresquita, pues llevaba ya varios kilómetros sin una gota. ¡¡¡Que buena está el agua de mi pueblo coño!!! Tal panzá de agua me dí que me vi negro en subir la última cuesta, yo creo que me sentó mal y tó, pues empecé a sentirme como mareado y tuve que bajarme en plena subida y dejarme caer sobre el manillar hasta recobrar "el norte".



Lo demás fue coser y cantar, entrar en Valdepeñas correteado por los niños que me pedían el bote, agradecer los aplausos a mis paisanos en la calle Bahondillo y a la entrada a la plaza, contener la emoción pues por momentos quería romper a llorar, y como no, nuevamente mis padres aplaudiendo en la línea de meta.







Una vez allí, agradecer al amigo Sergio que me orientara para coger la bolsa regalo, la comida, pues llegué atolondrao, que me llevase la bicicleta a la zona de lavado,... y sobre todo que me recibiese con esa cara de alegría y satisfación; él sabe que en mi empeño de acabar el recorrido no estaban puestos únicamente intereses personales, sino una reivindicación de buena parte del colectivo notinguero, de los más cicloturistas, de los que no hemos podido preparar la prueba como quisiéramos y apenas hemos podido entrenar este verano, de los lesionados,... Me quedo también con el abrazo de Coleta, y del resto de compañeros en la línea de meta,... con la imagen de mi madre quitándome un pincho de la pierna nada más bajarme de la bicicleta,...



Agradecer también al programilla informático que asignó de forma aleatoria los regalillos, pues como sabía el muy jodío que al del dorsal 1102 le gusta el vino, jejejeje, y las mujeres, como a Manolo Escobar.



Y ante todo felicitar al resto de mis compañeros por la magnifica actuación que tuvieron, estamos creciendo notingueros, y mi mensaje para los que no completaron el recorrido, si yo pude hacerlo vosotros también hubiérais podido. Y como no, mis felicitaciones para la organización, un año más pese a las dificultades se ha conseguido organizar este gran evento ciclista, pero no de cualquier manera, sino de forma exitosa,... la gente se va muy satisfecha y eso es lo que importa, así que esto no puede caer. Este año los Notingan apenas hemos contribuido y la presencia de alguno de nosotros ha sido testimonial, pero espero que para la próxima edición contéis con nosotros, como club, desde primera hora, pues yo que he podido participar de algunas pequeñas cosillas a nivel organizativo he de decir que resulta ilusionante sentirse parte de algo así.

Hasta la próxima. Dessafio 2011. Frailes.

5 comentarios:

  1. enhorabuena por la crónica, como siempre alucinante! un abrazo.

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  2. muy buena crónica, si señor. disfrutando de lo leido se m ha echo hasta corta. enhorabuena

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  3. Muy buena cronica, si señor, todo al detalle, con muchas anecdotas, y disfrutas leyendo, la verdad Manu tiene que haber sido emocinante para tí, haber realizado el dessafio en tu pueblo natal, con todo el ambientazo que habría los días previos al evento, todo un lujo, que no sabes si se repetira en el tiempo, pero bueno ahí ha quedado.

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  4. Te envío mi abrazo y felicitación también por tu llegada a la meta Manu, los grandes esfuerzos siempre llevan su recompensa, aunque sólo sea la propia satisfacción de haber llegado hasta el final, por ti y por los que no hayan podido.

    Muy emocionante para mí ha sido leer este relato de tu vivencia en primera persona de esta prueba tan importante para ti, no solo por tu afición a la bicicleta sino también en este caso por el lugar donde se organizaba.

    Me alegro un montón de que finalizaras la prueba pues el recorrido no era "moco de pavo" como se suele decir, 100 km bastante complicaillos con sus bajadas incluídas.

    Sigue luchando por seguir llevando a cabo este tipo de vivencias porque se nota según lo que escribes que disfrutas como un enano, ¿y para qué estamos en esta vida? pues mi filosofía es que como estamos de paso hay que disfrutar de todo lo que nos guste, sin dejar de lado, por supuesto nuestras responsabilidades. Así que sigue así y continúa dejándonos ser partícipes de tus impresiones, anécdotas, vivencias y emociones a través de tus letras, a mí particularmente me sacan una gran sonrisa. ¡Hasta la próxima!

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  5. Muchísimas gracias, ya que los demás no se atreven o no se animan a contarnos sus propias experiencias, me conformo con tus elogios. Un saludo.

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